Domingo 4º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Primera Lectura: Sofonías 2,3;3,12-13

 

Texto

2 3 Buscad al Señor los humildes
     que cumplís sus mandamientos;
buscad la justicia, buscad la moderación,
     quizá podáis ocultaros
     el día de la ira del Señor.

3 12 Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde,
     que confiará en el nombre del Señor.
13 El resto de Israel no cometerá maldades,
     ni dirá mentiras,
ni se hallará en su boca una lengua embustera;
     pastarán y se tenderán sin sobresaltos.

Notas

     El día de la ira del Señor es el día del desastre para Israel: abandonar a Dios supone caer en el abismo de la opresión; volverle la espalda al Dios de la liberación equivale a colocarse de nuevo los grilletes de la esclavitud; y esa esclavitud será -así la experimentan los israelitas- el castigo merecido por la infidelidad del pueblo. Ese parece ser, a los ojos del profeta Sofonías el futuro inmediato de Israel (1,1-2,2).
     Pero ese desastre no será el final de la Historia de la Salvación: en un resto de Israel, que se describe como un pueblo pobre y humilde, continuará la acción liberadora del Señor. Este resto -pobre y humilde- estará formado por los que mantienen su fidelidad y su confianza en el Señor, por los que cumplen los mandamientos y tratan de realizar la justicia de Dios. Para ellos el porvenir se presenta lleno de dicha, de paz y de abundancia.