Domingo 28º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Primera Lectura: 2 Reyes 5,14-17

 

Texto

    14 Entonces, Naamán bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta, y su carne quedó limpia como la de un niño.
    15 Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo:
    - Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.
    16 Eliseo contestó:
    - ¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.
    17 Y aunque le insistía, lo rehusó. Naamán dijo:
    - Entonces que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; pues en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.

Notas

    Relato de la curación de un general del ejército sirio afectado por una enfermedad de la piel. La curación se produce cuando el general sirio obedece la indicación que le hace un recadero del profeta y se baña siete veces en el río Jordán.
    La curación se atribuye al Dios de Israel, a pesar de que el beneficiario era extranjero y no  era miembro de ese pueblo y, tal y como lo había previsto el profeta (2Re 5,8), lleva al sirio a reconocer que el Dios de Israel es el único Dios de la Tierra.
    La salud que Dios ofrece a través del profeta es totalmente gratuita, nace de su amor misericordioso; por eso el profeta no acepta ningún regalo. Naamán entiende el mensaje y se compromete a no dar culto a ningún otro dios, sino sólo al Señor.

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