Domingo 27º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Primera Lectura: Habacuc 1,2-3;2,2-4

 

Texto

1 2 ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me escuches,
    te gritaré “¡Violencia!” sin que me salves?
3 ¿Por qué me haces ver crímenes, me enseñas trabajos,
    me pones delante violencias y destrucción
    y surgen reyertas y se alzan contiendas?
2 2 El Señor me respondió:
    - Escribe la visión, grábala en tablillas,
    de modo que se lea de corrido.
3 La visión tiene un plazo, jadea hacia la meta,
    no fallará; aunque tarde, espérala,
    que ha de llegar sin retraso.
4 «El alma arrogante fracasará;
    el justo, por fiarse, vivirá».

Notas

    Habacuc es un profeta que desarrolla su misión a caballo de los siglos VII-VI a.C, en medio de fuertes convulsiones políticas en la región.
    La queja con la que abre su obra, que refleja sin duda la situación del momento, responde a una experiencia que, lamentablemente, se puede universalizar: el triunfo de la injusticia, la opresión de los justos: «Por eso cesa la ley, el derecho no se muestra jamás. El malvado elimina al justo, y se emite una sentencia al revés» (1,4). Esa situación es la que provoca la queja del profeta ante Dios: ¿cómo es posible que la acción salvadora de Dios no responda de inmediato a la oración/lamento del que sufre injustamente violencia?
    El profeta recibe, en una visión de la que debe dejar constancia por escrito, una respuesta abierta al futuro: la injusticia parece ser causa de grandeza (léanse los versículos que siguen a los seleccionados para  la lectura litúrgica); pero, en realidad, sólo la fidelidad al Señor será garantía de salvación y de vida.