Domingo 1º de Cuaresma - Ciclo B


Primera lectura: Génesis 9,8-15

 

       8 Dios dijo a Noé y a sus hijos:
       9 -Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, 10 con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. 11  Hago un pacto con vosotros: El diluvio no volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.
       12 Y Dios añadió:
       - Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: 13 Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. 14 Cuando yo envíe nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, 15 y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.

 

            El diluvio, según la teología del libro del Génesis, fue la consecuencia inevitable de la maldad que había alcanzado la humanidad (Gn 6,5-8). El arca de Noé es la última baza que a Dios le queda para defender una vida verdaderamente humana, que la perversidad del género humano había puesto en peligro (Gn 6,13-21). En ella, Noé y su familia y un puñado de vivientes sobreviven y superan la dura prueba del diluvio, convirtiéndose en semilla de un nuevo mundo, de una nueva humanidad capaz de vivir en paz y armonía con la naturaleza, con el conjunto de los seres vivos y con Dios.
             Superada la prueba, Dios toma la iniciativa y establece una alianza con Noé en la que se compromete con la humanidad y garantiza que no se repetirá un suceso de las características del diluvio: la vida prevalecerá siempre frente a las fuerzas destructoras de la naturaleza; el arco iris es el signo que servirá de recuerdo de este pacto.