Domingo 4º de Pascua - Ciclo A

Evangelio: Juan 10, 1-10

 

Texto

   1Si, os lo aseguro: Quien no entra por la puerta en el recinto de las ovejas, sino trepando por otro lado, ése es un ladrón y un bandido. 2Quien entra por la puerta es pastor de las ovejas; 3a ése le abre el portero y las ovejas oyen su voz. A las ovejas propias las llama por su nombre y las va sacando; 4cuando ha echado fuera a todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5A un extraño, en cambio, no lo seguirán, huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
   6Esta semejanza les puso Jesús, pero ellos no entendieron a qué se refería.
   7Entonces añadió Jesús:
   -Pues sí, os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. 8Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos, pero las ovejas no les han hecho caso. 9Yo soy la puerta, el que entre por mí quedará a salvo, podrá entrar y salir y encontrará pastos. 10El ladrón no viene más que para robar, sacrificar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y les rebose.

Notas

   Jesús, que acaba de decir que va a iniciar un proceso contra este sistema, responde a una pregunta llena de autosuficiencia de los fariseos (que acaban de excomulgar al ciego de nacimiento al que Jesús había dado la vista, hecho que los fariseos se negaban a aceptar y exigían que el ciego lo desmintiera): «¿Es que también nosotros somos ciegos?». Su respuesta es una dura acusación: puesto que vosotros decís que  no sois ciegos, no tenéis excusa, vuestra responsabilidad en la injusticia establecida persiste (Jn 9,39-41).
   Jesús continúa en su denuncia usando ahora la figura del pastor y contraponiendo su modo de acercarse y ofrecer su cuidado al pueblo con el de los dirigentes. Usando diversas metáforas Jesús los acusa de falsedad, hipocresía y de desconocer la verdadera situación del pueblo.
   Los fariseos no entienden a Jesús y éste cambia de imagen: ahora él es la puerta por la que tendrán acceso a la vida y a la libertad los que hasta ahora han sufrido la explotación y la violencia de los ladrones y bandidos que los han pastoreado hasta ahora.