Domingo 30º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Evangelio: Mateo 22,34-40

 

                        34Los fariseos, al enterarse de que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se congregaron 35y uno de ellos, que era jurista, le preguntó para tentarlo:
            36-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
                        37Él le contestó:
            -"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente" (Dt 6,5). 38Este es el mandamiento principal y el primero, 39pero hay un segundo no menos importante: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lv 19,18). 40De estos dos mandamientos penden la Ley entera y los Profetas.

   

   

            En el contexto del enfrentamiento de Jesús con los dirigentes, los fariseos se presentan ante Jesús, que acaba de dejar callados a los saduceos, para pedirle que resuelva una controversia que mantenían las diferentes escuelas rabínicas: «¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». La respuesta de Jesús, que une dos preceptos que en al Antiguo Testamento estaban separados, vuelve a dejarlos en evidencia. No es uno solo, son dos los mandamientos principales: el amor a Dios y al amor al prójimo. Los dos juntos dan su auténtico sentido a toda la Antigua Alianza.

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